Capítulo 2
El siguiente tramo serán casi 7 km hasta el descanso del almuerzo.
Las vistas son increíbles aunque la niebla por momentos no dejaba ver pocos metros adelante.
El esfuerzo del ascenso y las piedras del camino obligan a estar atentos y concentrados. Sólo los audaces se animaban a charlar sin cuidar el valioso aire.
El guía explica que tendremos pausas pequeñas para tomar agua y que si no se saca la mochila serán sólo unos minutos, solo pararemos a comer.
Cuando nos acercamos al lugar de la ansiada pausa, se siente la alegría de todos, no sabemos si es por descansar las piernas, o por que tenemos cuatro empanadas esperando en la mochila, que nos fueron dadas antes de salir. Una carga pesada de llevar, no por los gramos, sino por el esfuerzo para no morder antes de tiempo.
Algunos no cumplieron con esa tarea, y dieron paso al clásico chiste argentino de la icónica película “Esperando la carroza”
– Tres empanadas tenían para comer…
Unos siestearon unos minutos, ya que la parada estaba prevista de 40 , baño natural, fotos, lavarse en el río que nos hacía de cobijo y listos para…
No, no seguimos ni ahí.
Hicimos una ronda alrededor de nuestros guías, Luciano, Lucho para los amigos y Osvaldo, o “El Ova”, (Ronda sin fogón, está totalmente prohibido) y contestamos la consigna.
¿Que carajos hacemos ahí un 30 de diciembre?
Y así pasaron las voces de casi toda la Argentina, sueños y penas de Córdoba, La Pampa, Santa fé, Entre Ríos, Chaco, Buenos Aires.
No hay edad, ni condición, ni género… No podemos destacar un patrón, algunos sintieron el llamado a través de las redes (No les vamos a contar sobre los algoritmos), otros lo planearon minuciosamente , para algunos un desafío, para otros un cerro más, para la mayoría escapar de las fiestas y sus mandatos sociales.
Creemos igualmente que el motivo se nos fue olvidando con la altura.
Pasamos el primer refugio de montaña, viendo las casonas incrustadas bajo los paredones de piedra, no te quedan opciones que pensar en los residentes de estas zonas tan indómitas y alejadas.
La mayoría de ellos nacieron y se criaron en estas tierras, mantienen tradiciones, aunque han ido incluyendo la posmodernidad en algunas cosas…te reciben las gallinas y los perros a cambio de los porteros eléctricos de la ciudad; la luz es por paneles solares lo que limita el uso de la pava eléctrica y hace que esperar el agua para el mate vuelva a ser un tributo a la paciencia, pero que llama a la charla.
Pensamos que la aspiradora robot sería totalmente inutil por estos pagos donde la tierra es parte de las casas y los pisos apenas pueden mantenerse sin huellas.
Hablando de huellas, las huellas de los bastones de trekking, pocitos que se organizan cada cierto espacio en la tierra suelta, ya nos van mostrando la marcha en ritmo. Vamos por el tercer tramo de nuestro recorrido.
Continuará…
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